Visión Adventista Constanza RD
Somos un ministerio comprometido con la verdad precente, creemos en cristo jesus como nuestro salvador, tambien creemos en los 10 mandamientos que siguen vigentes.
"Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5:13-15)
"Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, pero tú no te conviertas a ellos." (Jeremías 15:19)
"Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas." (Deut.28:13)
Estos tres pasajes expresan la misma idea: Como Pueblo de Dios, somos llamados a influenciar el mundo, sin ser influenciados por él. Somos llemados a llevar la delantera, a ser los innovadores y pioneros; no a cojear detrás del resto de la sociedad. Esto es lo que en realidad sucedió en Europa y Norteamérica durante varios siglos: Los cristianos eran los precursores del Estado de Derecho moderno; eran los primeros en idear sistemas de salud, de educación, y de ayuda social; eran los pioneros en muchas áreas de las ciencias. El resto de la sociedad fue influenciado por ellos y les seguía. Así surgió una sociedad que aplicaba principios cristianos en muchas áreas de su vida.
ELENA G. WHITE
ELENA
GOULD HARMON nació en Gorham, Maine, el 26 de noviembre de 1827 en la
familia de Roberto y Eunice Harmon. Ella, junto con su hermana melliza
Elizabeth, eran las menores de un grupo de ocho hermanos.
Cuando Elena comenzaba su adolescencia, ella y su familia, aceptaron las
interpretaciones bíblicas de un granjero que se volvió predicador
Bautista, Guillermo Miller. Junto con Miller y otros 50.000 adventistas
sufrió un amargo chasco cuando Cristo no regreso el 22 de octubre de
1844, la fecha que indica el fin de la profecía de los 2.300 días de
Daniel 8.
En diciembre de 1844, Dios le da a Elena su primera de unas casi 2000
visiones y sueños. En agosto, 1846, se casó con Jaime White, un ministro
adventista de 25 años que compartió la
de nacer, y Henry murió a los 16 años. Sus otros dos hijos, Edson y
William, llegaron a ser ministros adventistas.
Elena de White fue una escritora prolífera. Comenzando con 1851, cuando
publicó su primer libro, se extiende en un caudal de artículos, libros y
folletos. Entre ellos, algunos son puramente devocionales, mientras que
otros son selecciones de muchas de sus cartas personales con consejos,
escritas en el transcurso de los años. Otros son históricos y delínean
la continua batalla entre Cristo y Satán por el control de los
individuos y las naciones. También publicó libros sobre educación,
salud, y otros temas de especial importancia para la iglesia. Después de
su muerte se han publicado cerca de 50 compilaciones, en su mayoría de
materiales queno se habían publicado con anterioridad. Es autora de
varios miles de artículos que fueron publicados, con el correr de los
años, en las revistas Review and Herald, Signs of the Times, y otros
periódicos Adventistas del Séptimo Día.
No obstante su timidez y renuencia, Elena de White se convirtió
eventualmente en un oradora pública muy popular, no sólo en los Estados
Unidos, sino también en Europa y Australia.
Se demandaba su presencia no sólo en reuniones adventistas sino también
ante audiencias no adventistas, donde se apreciaban mucho sus temas
sobre temperancia. Durante 1876 ella habló a una audiencia estimada en
20.000 personas, su mayor audiencia, en Groveland, Massachusetts, por
más de una hora sin la ayuda de un micrófono. En su visión del 6 de
junio de 1863, Elena de White recibió instrucción sobre cuestiones
relacionadas con la salud, como el uso de drogas, tabaco, café, té,
comidas con carne, y sobre la importancia del ejercicio, la luz del sol,
el aire fresco, y el auto-control en la dieta.
Sus consejos de salud, basados en ésta y otras visiones posteriores, han
provisto a los Adventistas de un estilo de vida que da como resultado
el que vivan unos siete años más que la persona promedio en Estados
Unidos.
Elena de White leía mucho. Se dio cuenta que la lectura de otros autores
le ayudaba en su propia redacción mientras presentaba las verdades que
se le revelaban en visión. También el Espíritu Santo le impresionaba
para que a veces incluyera en sus propios artículos y libros gemas
literarias de las obras de otros. No pretendió ser infalible ni que sus
escritos fueran tratados en igual forma que las Escrituras, aunque creyó
firmemente que sus visiones eran de origen divino, y que sus artículos y
libros eran producidos bajo la conducción del Espíritu de Dios.
Básicamente una evangelista, su preocupación principal en la vida era la
salvación de almas.
Elena de White fue una persona generosa, y dio un buen ejemplo de
cristianismo práctico. Por años guardaba retazos de tela a mano pues si
veía a una mujer que necesitaba un vestido, podía proveer asistencia. En
Battle Creek asistía a remates, compraba muebles usados, y los
guardaba; entonces si la casa de alguien se incendiaba o cualquier otra
calamidad afectaba a una familia, estaba preparada para ayudar. Antes
que la iglesia implementara un plan de jubilación, si sabía de algún
ministro anciano que estaba con problemas financieros, le enviaba un
poco de dinero para ayudarlo a enfrentar sus necesidades más urgentes.
Elena de White murió el 16 de julio de 1915. Por 70 años presentó
fielmente los mensajes que Dios le dio para su pueblo. Nunca fue elegida
para ocupar un cargo en la iglesia, aunque los líderes de la iglesia
siempre buscaban su consejo. Asistió a la escuela sólo hasta los 9 años,
pero sus mensajes pusieron en marcha las fuerzas que dieron a luz el
sistema educativo mundial de la Iglesia Adventista, desde guarderías
hasta universidades. Aunque no tenía ningún entrenamiento médico, el
fruto de su ministerio puede verse en la red de hospitales, clínicas y
dispensarios adventistas que se encuentran alrededor del mundo. Y aunque
no fue formalmente ordenada como ministro del evangelio, provocó un
impacto espiritual casi sin paralelo en las vidas de millones, desde un
extremo de la tierra hasta el otro.
Los libros de Elena de White continúan hasta el presente ayudando a las
personas a encontrar a su Salvador, a aceptar el perdón de sus pecados, a
compartir esta bendición con otros, y a vivir en la esperanza de la
promesa de su pronto regreso.
Consejos de Elena de White
Muchos de los consejos de Elena de White han sido corroborados por la
ciencia en temas como por ejemplo: contaminación ambiental, efectos
benéficos de la luz solar, la relación entre un régimen deficiente y la
pobreza intelectual, el efecto del café, el té y ciertas enfermedades
inexplicables, las grasas y las enfermedades cardiovasculares, el azúcar
y la enfermedad, el ejercicio y la circulación sanguínea, el uso de la
sal, el cáncer y sus causas, el tabaco, el cáncer de pulmón y otras
enfermedades mortales, el alcohol, el cerebro y la vida, las drogas.
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